Fisioterapia y osteopatía para tratar la tendinitis
fisioterapia y osteopatia para tratar la tendinitis

La tendinitis se trata con éxito a través de diferentes técnicas fisioterapéuticas y osteopáticas. Los profesionales de estas disciplinas realizan un diagnóstico del tipo y la gravedad de la tendinitis que padecemos para decidir qué tipo de tratamiento es el más adecuado. Debe acompañarse de una serie de consejos posturales y de ejercicios que nos ayudarán a superar la lesión del tendón y nos servirán para prevenir futuras patología.

El tratamiento precoz de la tendinitis es muy importante para evitar que se vuelva crónica

En un artículo anterior, comentábamos que la tendinitis consiste en la inflamación de un tendón. Las fibras que lo forman se desgarran y, cuando vuelven a unirse, lo hacen de forma desorganizada.

Afecta sobre todo a las articulaciones que más utilizados, ya que está directamente relacionada con el sobreuso de los tendones. Lo más habitual es que padezcamos tendinitis en el hombro, la rodilla, la muñeca, el talón o el codo.

Fisioterapia y osteopatía para tratar la tendinitis

Vamos a ver de qué forma tratan la fisioterapia y la osteopatía esta inflamación de los tendones. En primer lugar, es imprescindible confirmar que se trata de una tendinitis y no de otra dolencia o lesión que pueda presentar síntomas similares. Para ello, el fisioterapeuta lleva a cabo exploraciones palpatorias, exámenes posturales y diferentes tests de movilidad, dependiendo de la articulación afectada.

El tratamiento varía dependiendo de la gravedad de la lesión y de la zona afectada.

  • Tendinitis de hombro

Se produce por el desgaste o desgarro del tendón del supraespinoso. Hay diferentes técnicas que se pueden aplicar para recuperar la movilidad correcta del hombro. Entre las manuales, encontramos la manipulación articular, el masaje descontracturante o la movilización dirigida.

También da buenos resultados la punción seca, para desactivar los nudos dolorosos o puntos gatillo, los estiramientos musculares o el kinesiotaping, las vendas neuromusculares que se emplean para estabilizar las articulaciones y destensar la musculatura.

La osteopatía está especialmente indicada para tratar la tendinitis de hombro ya que ésta se debe a alteraciones estructurales que conllevan limitación de movimiento y rigidez muscular.

  • Tendinitis de codo

También conocida como “codo de tenista” o “codo de golfista”, dependiendo de los tendones afectados. Antes de empezar el tratamiento, debemos intentar mitigar el dolor actuando sobre las causas que lo han producido. Si es la práctica de un deporte, es preciso un tiempo de reposo; si se debe al uso del ratón o del teclado, hay que colocar algún tipo de almohadilla para dejar de forzar la articulación.

El tratamiento se compone de tres fases: la primera es reducir la inflamación, que puede realizarse mediante la aplicación de hielo o compresas frías; después, hay que devolver al tendón la flexibilidad perdida y la fuerza. En este caso, el masaje manual se puede realizar sobre los tejidos blandos, para liberar parte de la tensión que está soportando el tendón inflamado, y también sobre la fascia, el tejido conectivo que envuelve el tendón y los músculos.

Los ejercicios de estiramiento y el fortalecimiento muscular y de los tendones son de gran ayuda para recuperar la movilidad y prevenir una nueva aparición de la tendinitis de codo.

  • Tendinitis de rodilla

El tratamiento de la tendinitis de rodilla depende del tendón afectado y de la gravedad. En los casos más leves, suele ser suficiente con estiramientos pasivos, aplicación de hielo, electroterapia o tratamiento de los puntos gatillo.

Estaríamos hablando de una tendinitis crónica cuando la patología ha entrado en una fase de degeneración de los tejidos. En el caso de la tendinitis rotuliana, la más común, el tratamiento ha de ser progresivo y se centrará en la rehabilitación a través de ejercicios de movilidad excéntricos y estiramientos.

Los movimientos excéntricos son los que controlan y amortiguan el peso de nuestro cuerpo cuando bajamos escaleras o una cuesta, por ejemplo. Este tipo de ejercicios excéntricos también son muy útiles para la prevención de la aparición de la tendinitis de rodilla.

  • Tendinitis de muñeca (o de Quervain)

Hay dos tipos básicamente de tendinitis de muñeca: la que afecta al cubital anterior y la que afecta al posterior. En el caso de la tendinitis de Quervain, que está relacionada con el pulgar, la rehabilitación comienza por el masaje suave en la zona afectada. También se realiza la movilización pasiva del pulgar y la muñeca, estiramientos del antebrazo y el fortalecimiento de la musculatura a través de ejercicios adecuados.

Dieta antiinflamatoria

Para reducir la inflamación, en muchas ocasiones se acude a medicamentos antiinflamatorios, que tienen un efecto más o menos inmediato. Sin embargo, a medio y largo plazo, lo que nos conviene es incluir en nuestra dieta alimentos que tengan propiedades antiinflamatorias.

Es importante reducir el consumo de alimentos que fomentan la inflamación, como las harinas y azúcares refinados, los fritos, los que tienen un alto contenido en ácidos grasos trans o aquellos que tienen mucha sal. Debemos sustituirlos por frutas, verduras, pescado azul, frutos secos y una pizca de jengibre o cúrcuma.