La tendinitis es una dolencia bastante común que afecta a las articulaciones que más utilizamos: el hombro, la muñeca, el codo o la rodilla.
En mayor o menor grado, en nuestra vida cotidiana o cuando practicamos algún deporte, estamos exponiendo a nuestros tendones a un sobreesfuerzo o a movimientos repetitivos. Éstas suelen ser las causas más comunes de la tendinitis que, si no se trata a tiempo, además de dolorosa puede convertirse en crónica.
Las tendinitis suelen afectar a las articulaciones que más movemos y presentan diferentes grados de gravedad, del 1 al 4
La tendinitis es la inflamación de un tendón. Los tendones, que se encargan de la unión de los músculos con los huesos, están compuestos por multitud de fibras que pueden terminar rompiéndose si las forzamos en exceso. ¿Cómo podemos evitar esta patología?
Buenos hábitos
Aunque la tendinitis afecta muy especialmente a los deportistas, cualquier persona puede sufrirla. En el ámbito laboral, dependiendo del trabajo de cada uno, es probable que estemos forzando los tendones y creando sobrecargas, bien por mantener posturas forzadas, hacer movimientos repetidos y manipular cargas constantemente, bien por llevar un ritmo de trabajo elevado y por el propio estrés que éste nos genera.
Es conveniente prestar atención a nuestras posturas cotidianas, evitar el sobreuso de las articulaciones y los movimientos repetitivos (como puede ser el uso del ratón del ordenador, por ejemplo).
Los ejercicios de flexibilidad muscular y fortalecer la musculatura nos ayudarán a prevenir la aparición de la tendinitis. Además, cuando empecemos a sentir molestias o dolores, lo mejor es dejar de realizar la actividad que estamos llevando a cabo. La insistencia terminará provocando el deterioro del tendón y, probablemente, la formación de tendinitis.
Nuestro cuerpo necesita descansar, los músculos y tendones tienen que tener sus tiempos de reposo, sobre todo si los estamos sometiendo a un uso exigente, como cuando practicamos deporte, salimos a correr o, sencillamente, nos pasamos el día acarreando peso.
La hidratación también es muy importante a la hora de prevenir la inflamación de cualquier articulación, tendón o músculo. No sólo cuando estamos haciendo deporte, sino en todo momento a lo largo de nuestro día a día.
Tipos de tendinitis
La tendinitis está asociada a dolor e hinchazón, sobre todo cuando estamos utilizando la articulación afectada. En reposo es mucho menos probable que sintamos molestias aunque depende de la gravedad de la lesión.
Como decíamos al principio de este artículo, la tendinitis suele afectar a los tendones que más utilizamos. De ahí que podamos distinguir entre diferentes tipos de tendinitis que, es importante apuntarlo, requerirán tratamientos diferentes. Veamos cuáles son:
- Tendinitis de hombro: probablemente, la más común de las tendinitis. Afecta, sobre todo, al manguito de los rotadores, formado por un conjunto de músculos y tendones que son los que nos permiten mover el hombro.
- Tendinitis de rodilla: en realidad, existen varios tipos de tendinitis de rodilla, la rotuliana, la del cuádriceps y la llamada de pata de ganso. Es muy común en deportistas, sobre todo en corredores y deportes que impliquen saltos.
- La conocida como “codo de tenista” empezó afectando a los tenistas, como su nombre indica, pero gracias a la prevención ya apenas la padecen. Hoy en día es más fácil que la sufra cualquier persona que no tenga ninguna relación con el tenis. La encontraremos, a menudo, bajo su denominación más técnica, la de epicondilitis.
- El “codo de golfista” afecta también al codo pero aparece como consecuencia de la flexión forzada de la muñeca.
- Tendinitis de la mano: es habitual en las personas que padecen artitris reumatoide y diabetes. Se identifica por un molesto dolor en la mano.
- Tendinitis de muñeca, últimamente conocida también como “síndrome de las pantallas” debido a su relación directa con el uso prolongado del ratón o del teclado del ordenador.
- Tendinitis de Aquiles: afecta al talón y es una vieja conocida de los corredores y atletas, que la sufren bastante a menudo.
Tratamiento de la tendinitis
Aquí os adelantamos un tema que trataremos con más detalle en un próximo artículo: el tratamiento fisioterapéutico y osteopático de la tendinitis y la importancia de incluir alimentos con propiedades antiinflamatorias en nuestra dieta.
Por un lado, tenemos que hablar de una especialidad de la fisioterapia que se dedica, en concreto, a tratar lesiones deportivas. Dado que las tendinitis están estrechamente relacionadas con la práctica deportiva, el fisioterapeuta del deporte es el profesional que mejor podrá tratarlas. Evaluará cada caso y, teniendo en cuenta el tipo de tendinitis y la gravedad que presente, aplicará las técnicas y la intensidad más adecuadas para conseguir la completa recuperación funcional del tendón.
La osteopatía es otra de las disciplinas que conseguirá buenos resultados a la hora de devolver su funcionalidad a las articulaciones afectadas por la tendinitis. Es especialmente adecuada para el tratamiento de dos de las tendinitis más usuales, la de hombro y la de codo. Se centrará en hallar las alteraciones estructurales, a nivel músculo-esquelético, para devolver el equilibrio a nuestros tendones y músculos.
Con un tratamiento fisioterapéutico u osteopático adecuado, algunos ejercicios para estirar las articulaciones afectadas y la corrección de malos hábitos posturales, conseguiremos que nuestros tendones vuelvan a estar en forma. Y después, ¡no te olvides de poner en práctica los consejos que te hemos dado para prevenir la reaparición de la tendinitis!