Fisioterapia respiratoria, ¿Qué puede conseguir?
fisioterapia respiratoria

La fisioterapia respiratoria es, probablemente, una de las especialidades fisioterapéuticas menos conocidas. Sin embargo, viene a llenar un vacío que otras disciplinas médicas no consiguen llenar: la mejora de la calidad de vida de los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas.

Pero no sólo los pacientes crónicos pueden beneficiarse de las técnicas de esta especialidad. También es muy efectiva para tratar patologías como catarros o bronquitis en adultos; ayuda a reeducar los pulmones tras un trasplante pulmonar; mejora posibles deficiencias o problemas respiratorios en los bebés o en los niños; y muchos deportistas se valen de ella para potenciar su rendimiento físico.

La fisioterapia respiratoria mejora la ventilación pulmonar y ayuda a limpiar las vías respiratorias de secreciones

Respirar es una de las funciones básicas de nuestro organismo aunque apenas seamos conscientes de que estamos inspirando y espirando continuamente, entre 12 y 20 veces por minuto un adulto de mediana edad.

Cuando sí que somos conscientes de que respiramos es en el momento en el que nos cuesta hacerlo: esa sensación de falta de oxígeno que tenemos cuando hemos hecho un sobreesfuerzo o cuando tenemos la nariz congestionada debido a un catarro o cuando padecemos alguna enfermedad que repercute sobre nuestro sistema respiratorio.

En todos estos casos, la fisioterapia respiratoria puede ayudarnos a respirar mejor.

¿Qué puede conseguir la fisioterapia respiratoria?

Cualquier tratamiento fisioterapéutico tiene que empezar por tener un diagnóstico certero a través de un reconocimiento físico del paciente. Es importante detectar de qué enfermedad se trata, el estado clínico -la gravedad- y cuáles son los síntomas. En muchas ocasiones, el tratamiento en la clínica de fisioterapia irá acompañado de una serie de ejercicios que podremos realizar en casa.

La fisioterapia respiratoria tiene como objetivo mejorar la calidad de nuestra respiración y, para ellos, se concentra en diferentes aspectos:

  • Mejora la ventilación pulmonar y aumenta la capacidad de nuestros pulmones.
  • Desobstruye las vías respiratorias, ayudando a que nuestro organismo elimine las secreciones que nos impiden respirar con normalidad.
  • Reduce la sensación de ahogo o falta de aire propia de enfermedades crónicas como el EPOC (bronquitis crónica).
  • Incrementa nuestra capacidad para tolerar el ejercicio o el esfuerzo físico.
  • Previene la aparición de infecciones respiratorias.

¿Cómo se realiza el tratamiento de fisioterapia respiratoria?

En la fisioterapia respiratoria encontramos técnicas activas y pasivas. Las segundas son empleadas, especialmente, para el tratamiento de problemas respiratorios en bebés, sea por enfermedades sobrevenidas, como una bronquiolitis, o como consecuencia de un nacimiento prematuro, de deformaciones del tórax o de las cervicales.

Entre las técnicas, encontramos algunas que el fisioterapeuta realiza con sus manos, otras en las que utiliza instrumentos o dispositivos técnicos y, no menos importantes, aquellas que están destinadas a reeducar nuestra respiración. Cada una trabaja sobre una parte diferente de las vías respiratorias o persigue una finalidad distinta.

Las técnicas más empleadas son las de permeabilidad bronquial, que se valen de principios físicos para actuar: la gravedad, las ondas de choque y el flujo respiratorio. Entre ellas, encontramos el drenaje postural; la percusión y la vibración; y la presión manual sobre la caja torácica para modificar el flujo de la respiración.

El tratamiento puede complementarse con ejercicios de reeducación respiratoria y de fortalecimiento de los músculos que participan en la respiración.

Fisioterapia respiratoria preventiva

Como hemos visto, la fisioterapia respiratoria es adecuada para tratar enfermedades y patologías tanto de adultos como infantiles. Pero también puede jugar un papel muy significativo en la prevención de infecciones. El hecho de que nuestros pulmones y vías respiratorias estén limpios, gracias a la eliminación de secreciones, reduce la posibilidad de que padezcamos algún tipo de infección respiratoria, sea un simple catarro, una bronquitis o una neumonía.