A menudo, las dolencias complejas se exteriorizan a través de un único síntoma que, con el tiempo, va empeorando. Es el caso de la ciática, que suele presentarse en forma de dolor en una pierna pero que tiene su origen en el pinzamiento o comprensión de un nervio a la altura de la espalda. En este artículo descubriremos por qué se produce la ciática y maneras profesionales de diagnosticarla.
En muchas ocasiones, no le damos importancia a este malestar, pensando que como ha venido, se irá, o que puede ser debido a cualquier cosa, un golpe simplemente o un tirón muscular. Prestar poca atención a los primeros síntomas de la ciática hará que ésta se agrave y que sea más complicado tratarla. Por eso, es imprescindible reconocerla lo antes posible.
La mayoría de los casos de ciática pueden ser tratados con fisioterapia y ejercicio
Por otro lado, también hay que entender que el hecho de que nos duela la pierna no implica que padezcamos de ciática. En los últimos años, se ha generalizado el uso de este término para diagnosticar casi cualquier dolor que aparezca en la pierna y pueda estar relacionado con la región lumbar. De ahí que sea necesario llevar a cabo una serie de pruebas y tests de movimiento para descartar que se trate de otro tipo de dolencia.
¿Por qué se produce la ciática?
La ciática está relacionada con problemas en la parte inferior de la espalda, especialmente con las hernias discales lumbares. Bien por desgaste, bien por movimientos repetitivos, alguna de las raíces nerviosas que conectan con el nervio ciático se pinza, irrita o comprime.
El nervio ciático discurre por ambas piernas y llega hasta el pie. Nace en la columna vertebral, a la altura de las vértebras lumbares o de las sacras. Dependiendo de qué raíz nerviosa esté afectada, sentiremos el dolor sólo en el muslo o en toda la longitud de la pierna. Exactamente, hay siete raíces nerviosas que bajan por nuestras piernas, que van de la L2 a la L5 y de la S1 a la S3.
Un ejemplo aclarará la relación del dolor con la raíz nerviosa. Si la raíz afectada es la L3, que termina a la altura de la rodilla, el dolor se concentrará en el muslo. Por el contrario, si es la L5 la raíz comprimida, podremos sentir dolor u hormigueo hasta en el mismo dedo gordo del pie.
La ciática es muy común durante el embarazo debido a los cambios hormonales y el aumento del tamaño del útero
Además del dolor en la zona afectada, pueden aparecer otros síntomas como la rigidez muscular o la disminución de la fuerza al flexionar el dedo gordo, los dedos del pie o la planta del pie. También es bastante común que se vea afectado el reflejo rotuliano (el de la rodilla) o el aquíleo (el del tendón de Aquiles, en el pie).
Diagnóstico de la ciática
Más allá de las resonancias magnéticas o los TAC, de indudable utilidad para el diagnóstico de la ciática, los profesionales de la fisioterapia nos valemos también de una serie de tests. Son pruebas sencillas que nos pueden dar una idea de qué raíces nerviosas están afectadas.
Cada uno de estos tests sirve para descartar o confirmar un tipo de lesión. En el caso de la ciática, el test más común es el de Lasegue ya que está especialmente pensado para determinar la posible irritación del nervio ciático.
- Test de Lasegue
Mientras el paciente está tumbado boca arriba, el fisioterapeuta eleva la pierna con la rodilla extendida, de forma que es la cadera la que está realizando el movimiento. Estamos poniendo en juego el nervio ciático por lo que, si el paciente siente dolor entre los 30 y los 70 grados de inclinación de la pierna, el test será positivo.
Tratamiento fisioterapéutico de la ciática
Dado que estamos hablando de una dolencia que muy a menudo tiene un origen neuropático, es decir, nervioso, podemos servirnos de varias técnicas fisioterapéuticas para tratarlo.
Es conveniente, en primer lugar, buscar la estabilidad de la zona sacro-lumbar, ya que es en esta región donde tiene origen el pinzamiento o la irritación de la raíz nerviosa. Las técnicas de manipulación articular serán las más adecuadas. Por otra parte, en muchas ocasiones el dolor está asociado con los puntos gatillo, o nudos dolorosos, que pueden tratarse con la técnica de la punción seca.
La osteopatía también puede ser muy útil para tratar la ciática ya que la manipulación de los tejidos blandos que rodean al nervio ciático ayudará a liberar parte de la presión que está sufriendo.
Es imprescindible acompañar el tratamiento con ejercicios adecuados. Nuestro fisioterapeuta podrá aconsejarnos sobre qué tipo de ejercicio debemos realizar y con cuánta intensidad. También nos aconsejará sobre las posturas y los hábitos correctos para prevenir la aparición de la ciática.