La sensación de hinchazón en las piernas, tan común durante el embarazo, se denomina edema y está relacionada con la retención de líquidos –sodio y agua- y con la mala circulación, tanto de la linfa como de la sangre, en las extremidades inferiores. Aunque este es uno de los problemas más habituales que se dan durante el embarazo, afortunadamente puede ser tratado a través de técnicas manuales muy suaves y en absoluto agresivas: el drenaje linfático para embarazadas.
La fisioterapia cuenta con técnicas eficaces, totalmente inocuas para el feto, para tratar muchas de las dolencias que aparecen durante los meses de embarazo
Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer debe adaptarse al desarrollo y crecimiento del feto. Inevitablemente, aparecen ciertas dolencias relacionadas con la mala circulación sanguínea y linfática o con el exceso de peso que tira de la columna vertebral. La buena noticia es que no tenemos que convivir con estos dolores porque la fisioterapia cuenta con técnicas adecuadas para aliviar la inflamación y el malestar.
Los cambios físicos y hormonales que sufre el cuerpo de una embarazada son inevitables. Sin embargo, las molestias que ocasionan pueden ser tratadas a través del drenaje linfático, el refuerzo del suelo pélvico o la osteopatía
Las piernas pesadas y doloridas, la aparición de varices o la ciática son problemas comunes que aparecen durante el embarazo. En este mismo blog, ya tratamos cómo prevenir la aparición de la ciática y cómo aliviarla en el caso de que ya la padezcamos. En este artículo, vamos a ver cuáles son los beneficios que el drenaje linfático tiene en el tratamiento de los edemas en las piernas.
El drenaje linfático reduce, de forma inmediata, la inflamación de las piernas
Beneficios del drenaje linfático para embarazadas
Una de las ventajas del drenaje linfático es que sentimos sus resultados positivos desde la primera sesión. Las técnicas utilizadas en este tratamiento son muy suaves y sutiles, ya que no se trata de amasar músculos o actuar sobre tendones, sino de encauzar el exceso de linfa que se ha desbordado.
El masaje debe darse en una única dirección, siguiendo el camino natural que la linfa recorre a lo largo de nuestras piernas. Podemos decir, de forma figurada, que el drenaje es una técnica de arrastre.
Generalmente, tras la sesión de drenaje linfático, nos sentimos muy relajados. Este efecto se produce porque las técnicas propias del drenaje consiguen, por una parte, reconducir la linfa y estimular el sistema inmunitario y, por otra, ayudan a desintoxicar nuestro organismo y favorecen la circulación de la sangre.
Desintoxicación del organismo
El drenaje linfático también tiene efectos positivos sobre el equilibrio hídrico de nuestro cuerpo y sobre nuestra piel. Es posible que hayas oído que esta técnica se utiliza para tratar la celulitis y el acné, dos problemas más bien asociados con la estética. Al mejorar el funcionamiento del sistema linfático, ayudamos a eliminar toxinas, principales causantes de estos problemas cutáneos.
Como comentábamos, en el caso de las embarazadas, la retención de líquidos se debe a un desbordamiento de la cantidad de linfa causado por los cambios hormonales y físicos que sufre el organismo y el cuerpo. Por esta razón, aunque una sesión de drenaje linfático aliviará la sensación de hinchazón en las piernas, es necesario darle continuidad al tratamiento para obtener resultados duraderos.
En nuestra vida cotidiana, para reducir el dolor de piernas y la hinchazón, podemos tomar algunas medidas bastante sencillas. Es conveniente caminar un rato todos los días –al menos, media hora-; mantenernos correctamente hidratados (agua, zumos naturales…); reducir la cantidad de sodio de los alimentos de nuestra dieta, es decir, de sal; y evitar las prendas muy ajustadas, sobre todo las medias y los calcetines con elásticos.