Escoliosis lumbar, detección precoz y tratamiento
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La escoliosis lumbar es una deformación de la columna vertebral, que presenta una curvatura anormal hacia los lados, en forma de “s” o de interrogante. Generalmente, aparece a edades tempranas, cuando aún no hemos entrado en la adolescencia o durante los primeros años de ésta.

Diferenciamos varios tipos de escoliosis, básicamente distinguiendo a qué altura de la columna se produce la curvatura, si ésta es sencilla o doble y si se sitúa hacia la derecha o a la izquierda. Si empezamos por la parte superior de la columna, encontramos la escoliosis torácica, la toracolumbar y, finalmente, la escoliosis lumbar.

La mayor parte de las escoliosis son idiopáticas, es decir, que sus causas son desconocidas

Uno de los problemas que presenta la escoliosis es que, generalmente, responde a causas desconocidas y sus síntomas son, digámoslo de esta manera para entendernos, estéticos, es decir, no aparece dolor ni malestar, sólo vemos el dibujo de una curva en nuestra espalda.

Síntomas de la escoliosis lumbar

La detección precoz de la escoliosis lumbar es fundamental para que el tratamiento sea lo más eficaz posible. Dado que, como hemos visto, no aparecen síntomas dolorosos, ¿cómo podemos saber si padecemos escoliosis? Esto es importante, sobre todo, cuando se trata de detectar esta patología en los más pequeños de la casa, en nuestros hijos.

La escoliosis es más habitual en las mujeres que en los hombres, en una proporción de 4/1

Tenemos que fijarnos en la curvatura de la columna vertebral o en las consecuencias que puede tener esta desviación:

  • Es posible que notemos que un hombro está más bajo que el otro;
  • Sobresale especialmente un omóplato;
  • La cadera se sitúa en un plano inclinado;
  • Se forma una concavidad a la altura de la región lumbar;
  • O, incluso, quizás veamos cierta inestabilidad en la postura, como cuando apoyamos el peso sobre una única pierna.

Si sospechamos que es posible que estemos frente a un caso de escoliosis, hay que ir al especialista lo antes posible ya que una simple radiografía nos puede sacar de dudas.

El diagnóstico también se puede obtener a partir de una prueba muy sencilla, llamada Test de Adams, que consiste en inclinar la espalda para intentar tocar los pies con los dedos de las manos. En esta postura, se marca con claridad la línea de la columna vertebral.

Grados de curvatura y gravedad

Una columna vertebral normal suele presentar una ligera curvatura, de unos 5 grados. A partir de los 10 grados, podemos hablar de escoliosis leve -aunque puede tratarse de actitudes escolióticas– y, según vamos avanzando en la apertura del ángulo, pasamos a estar frente a casos de escoliosis más graves.

Aunque inicialmente esta curvatura anormal de la espalda no nos genere otros problemas, con el paso del tiempo, es bastante probable que padezcamos dolores lumbares, contracturas musculares en la espalda o sobrecargas en la cadera. En los casos más graves, puede llegar a provocar problemas respiratorios, debido a la presión que ejerce la columna sobre la caja torácica.

A menudo, nos encontramos con que la escoliosis no sólo provoca malestar físico, sino que puede causar trastornos psicológicos, tanto en adolescentes como en adultos, dado que la espalda muestra una deformidad lateral que rechazamos.

Los casos leves y moderados pueden tratarse con fisioterapia, osteopatía, ejercicios específicos y la práctica de disciplinas deportivas como la natación o el pilates. Siempre hay que diferenciar entre escoliosis funcional, que es una desviación pasajera de la columna, y la escoliosis estructural, que se produce cuando las vértebras están torcidas.

Por una parte, contamos con técnicas fisioterapéuticas que van buscar la reeducación postural de todo nuestro cuerpo, ya que la columna vertebral es, al fin y al cabo, una parte fundamental de nuestro sistema músculo-esquelético.

La terapia manual y los estiramientos conseguirán mejorar la elasticidad de nuestras articulaciones y fortalecerán nuestra columna vertebral, mientras que la electro-estimulación puede ayudar a activar nuestros músculos.