Tratamiento de la lumbalgia y de la ciática
lumbalgia

Estamos acostumbrados a oír a muchas personas comentar que les duelen “las lumbares” o que tienen lumbalgia. Nosotros mismos sentimos a menudo esta molestia que, en ocasiones, nos impide incluso levantarnos de la cama o del sofá.

Como nos parece un dolor común, le quitamos importancia e intentamos aprender a convivir con él cuando nos toca.  Sin embargo, las cifras nos revelan precisamente lo contrario: los dolores de espalda, entre ellos el lumbago o la ciática, se encuentran entre las causas más comunes de baja laboral, junto con la gripe o la depresión.

Cerca del 80% de la población española ha tenido o tiene molestias lumbares.

 

La lumbalgia es un dolor en la parte baja de la espalda que irradia hacia otras zonas del cuerpo.  Hay cuatro tipos fundamentales, relacionados con la duración del dolor, desde la aguda, que puede extenderse durante unas 6 semanas, pasando por la subaguda y la crónica, hasta la recurrente, cuyos síntomas suelen superar los tres meses.

La mayor incidencia de esta dolencia se produce en personas mayores de 50 años aunque también es bastante común entre adultos de mediana edad y, sobre todo, dentro de ese grupo, en las mujeres.

La lumbalgia está muy relacionada tanto con el envejecimiento como con nuestros hábitos de vida: el sedentarismo, el estrés, el sobrepeso y la falta de ejercicio físico son algunos de los más importantes causantes de las lumbalgias agudas. La degeneración de los discos lumbares, las malas posturas, las enfermedades reumáticas y los traumas (accidentes o caídas) también se encuentran entre las causas más comunes de esta dolencia.

Cómo aliviamos el dolor

El fisioterapeuta, tras analizar cada caso, tratará la dolencia del paciente con las técnicas más adecuadas, entre otras:

  • Movilización y manipulación de las articulaciones.
  • Estiramientos.
  • Kinesiotaping o vendaje neuromuscular.
  • Punción seca.

Para fortalecer la parte inferior de la espalda, podemos realizar una serie de ejercicios, sin forzar y siempre que no nos provoquen dolor. En cualquier caso, sobre todo si ya padecemos de lumbago, es conveniente que nos dejemos aconsejar por nuestro fisioterapeuta sobre el tipo de ejercicios que mejor nos vienen y cómo debemos realizarlos. La práctica de ciertos deportes, como caminar o nadar, suele ser recomendables.

La mayoría de los ejercicios debe de realizarse sobre una colchoneta adecuada, se ejecuta en series cortas y sólo nos llevará, cada día, unos minutos.

Ciática

La ciática se diferencia del comúnmente llamado lumbago en que se produce cuando el dolor que nace en la parte inferior de la espalda se irradia a la cadera o a la parte posterior y exterior del muslo, llegando incluso hasta el pie, recorriendo el nervio ciático.

Asociadas a la ciática, encontramos las siguientes sensaciones o síntomas:

  • Dolor en el glúteo o en la pierna que empeora cuando nos sentamos.
  • Sensación de quemazón, estremecimiento o cosquilleo a lo largo de la pierna.
  • Debilidad, entumecimiento o dificultad para mover la pierna o el pie.
  • Dolor constante entre los gemelos, en algún punto de las pantorillas.
  • Dolor punzante que nos impide ponernos de pie.

Tratamiento

Una vez diagnosticada, el tratamiento fisioterapéutico constará de varias fases. En primer lugar, buscaremos el alivio del dolor y trataremos la inflamación si ésta es excesiva ya que puede ser la causa principal de la ciática. A continuación, hay que recuperar la movilidad articular normal de la espalda, la tensión muscular en reposo y la flexibilidad muscular de la mitad inferior del cuerpo para conseguir que el paciente retome sus actividades cotidianas lo antes posible.

Tanto nadar como realizar ejercicios de hidroterapia son aconsejables en estas primeras fases de tratamiento fisioterapéutico


Para prevenir una recaída, es muy importante que no abandonemos la rehabilitación antes de tiempo ya que hay que conseguir que nuestra espalda vuelva a estar en forma. Nuestro fisioterapeuta nos aconsejará realizar una serie de ejercicios sencillos que también nos ayudarán a evitar un nuevo ataque de ciática.