La temida vuelta de las vacaciones de verano. La rutina, el trabajo, los horarios y las prisas. Lo mínimo que podemos hacer es suspirar con añoranza por los días de sol, playa, montaña, ocio o paisajes increíbles.
Seamos sinceros, la mayoría no llevamos bien romper nuestro idilio con las vacaciones y volvemos tristes, con pocas ganas de trabajar y hasta un poco deprimidos. Este bajón temporal, pasajero, es lo que los psicólogos llaman el síndrome postvacacional.
1 de cada 3 españoles, entre 25 y 45 años, sufre síndrome postvacacional
¿Por qué se produce el síndrome postvacacional?
Todos nos podemos imaginar por qué sentimos esa mezcla de irritabilidad, malestar físico y tristeza cuando volvemos de vacaciones, sobre todo si han sido largas y hemos aprovechado bien el tiempo para relajarnos y salir de la rutina.
A la vuelta, nos topamos con los horarios impuestos, con el estrés y con la falta de horas de sueño. Durante unos días, hemos pospuesto cualquier obligación y, de repente, vienen todas de golpe, a veces hasta se nos ha acumulado trabajo durante nuestra ausencia.
¿Cómo podemos aliviar este malestar postvacacional? Vayamos por partes. Primero, tenemos que tener en cuenta cuánto tiempo nos vamos y cuándo regresamos. Después, trataremos de relajarnos y entrar con buen pie en el día a día del trabajo, el cole y el resto de actividades cotidianas.
Planificando el viaje
Si ya has vuelto de viaje, es posible que hayas puesto en práctica estos consejos. Si no, bien pueden valerte para tu próxima escapada vacacional.
- Intenta volver un par de días antes de empezar a trabajar para ir aclimatándote y para hacerte al horario de forma menos brusca. Si has hecho un viaje largo en avión, puedes sufrir jet lag; necesitarás al menos 24 horas para que tu cuerpo se reacomode.
- Reparte las vacaciones a lo largo del año en períodos más cortos. Cogerse un mes está muy bien para desconectar pero es difícil retomar después la rutina y pensar que ya no tenemos días libres por delante.
- Si es posible, no empieces la semana laboral en lunes. Reincorpórate el martes o, mejor aún, a mediados de semana. De esta manera, el fin de semana estará a la vuelta de la esquina y llevarás mejor el regreso.
De vuelta de vacaciones
Los síntomas del síndrome postvacacional se sienten casi nada más poner el pie en casa. Lo ideal es conseguir entrar poco a poco en lo que eran nuestros hábitos justo antes de que nos fuéramos de vacaciones.
Trabajo
En el trabajo, comparte con tus compañeros anécdotas de viaje y sé consciente de que el primer día y el segundo no van a ser los más productivos del año.
Si te encuentras con trabajo atrasado, no te agobies, utiliza las primeras horas de reencuentro con tus tareas cotidianas para planificar y organizar lo que tienes por delante.
Alimentación
Intenta hacer una dieta suave. Desayuna bien para tener energía durante el día pero no comas ni cenes demasiado para evitar la somnolencia y las digestiones pesadas.
Incluye una infusión relajante después de las comidas y saca unos minutos para hacer ejercicios de relajación antes de acostarte.
Descanso
Las horas de sueño son importantes para que te sientas descansado y con fuerza así que evita trasnochar.
Calzado
Casi seguro que tendrás que abandonar las chanclas y zapatillas por un calzado menos cómodo o incluso por zapatos de tacón. Ya comenté en este blog que es sencillo evitar que los tacones arruinen tu vuelta de vacaciones o tus veladas especiales.
Vida social
Por último, aunque no por ello menos importante, date algún capricho al volver, empieza a preparar la agenda cultural y social del otoño, haz planes para que el regreso de las vacaciones sea más llevadero.
Ejercicio
Retomar el ejercicio físico o salir a dar un paseo diario son grandes aliados para superar el decaimiento posterior a las vacaciones.
Y si tienes alguna molestia muscular o la vuelta al trabajo y a la rutina hace que notes tensión en las cervicales o en la espalda, visita a tu fisioterapeuta antes de que vaya a más. Encontrarte bien físicamente te ayudará a superar el síndrome postvacacional