Fisioterapia para tratar la tortícolis infantil congénita y la deformación craneal
torticolis infantil

Los bebés y los niños actúan, en muchos casos, como lo hacemos las personas adultas. Frente al dolor, pueden reaccionar llorando o tomando medidas correctoras. Este último es el caso de la tortícolis infantil, a la que los más pequeños responden girando el cuello hacia el lado que no les provoca molestias.

Si notas que tu bebé o tu hijo mantienen la cabeza girada siempre hacia el mismo lado, puedes sospechar que padecen de tortícolis. Es muy probable que la dolencia se pueda corregir dedicándole unos minutos a diario. En la mayoría de los casos, algunos cambios en los hábitos posturales y algunas sesiones de fisioterapia serán suficientes.

Tipos de tortícolis infantil

En primer lugar, es importante distinguir si nos encontramos frente a un caso de tortícolis congénita, que se desarrolla durante la gestión del feto o en los dos primeros meses de vida del bebé, o de una tortícolis adquirida.

La tortícolis infantil congénita es relativamente común: 1 de cada 300 recién nacidos la padecen

  • Tortícolis infantil congénita

Es la más frecuente. Está relacionada con el acortamiento y contracción del músculo esternocleidomastoideo. Este músculo, de nombre difícilmente pronunciable, es el que nos permite mover la cabeza hacia los lados, hacia arriba y hacia abajo. Está situado a ambos lados del cuello.

El acortamiento se puede producir por la forma en la que estaba colocado el feto en el útero. También es posible que sea un defecto del propio desarrollo de este músculo.

Hay algunas otras causas, menos corrientes, relacionadas con problemas de desarrollo óseo.

Si la tortícolis congénita se produce durante el nacimiento, su causa más común es un traumatismo que haya dañado el músculo.

  • Tortícolis infantil adquirida

A priori, las causas de este tipo de tortícolis infantil nos sorprenden ya que no están relacionadas de una forma evidente con un problema muscular del cuello.

Entre las causas principales, encontramos las infecciones, sean virales, de las vías respiratorias o de los tejidos blandos del cuello. También es bastante común que aparezca tortícolis a consecuencia del reflujo gastroesofágico.

Es posible que hayas oído hablar alguna vez de tortícolis ocular. Esta patología está relacionada con el desarrollo de la agudeza visual y con un posible problema de estrabismo.

Tratamiento de la tortícolis infantil congénita

En cuanto sospechemos que el bebé o el niño pueden padecer tortícolis, debemos consultar con el pediatra, el fisioterapeuta o el osteópata. Cuanto antes empecemos el tratamiento físico adecuado, menos tiempo de rehabilitación necesitaremos y menos complicaciones encontraremos.

En el caso de la tortícolis congénita, el fisioterapeuta comenzará rebajando el tono muscular para, después, realizar movilizaciones pasivas del cuello con los hombros estabilizados. Finalmente, la fase de estimulación consistirá en ayudar al cuello a corregir la postura.

Las sesiones de terapia manual siempre irán acompañadas por algunos consejos posturales que deben de ser tenidos en cuenta por los padres. Estos ejercicios están ideados para conseguir el estiramiento manual, paulatino y pasivo del músculo esternocleidomastoideo.

La tortícolis infantil congénita puede devenir en plagiocefalia (deformación del cráneo del bebé)

Deformación craneal o plagiocefalia

Una de las consecuencias de la tortícolis infantil, si no se trata a tiempo, es la deformación del cráneo del bebé. Esta deformación, también conocida como plagiocefalia, se suele dar en niños pequeños que están mucho tiempo tumbados en la misma postura.

Las causas de la plagiocefalia no son solamente posturales. A menudo, aparece tras partos prematuros o traumáticos o debido a una mala posición del feto dentro del útero.

La deformación craneal se ha vuelto bastante común desde que se desaconseja, durante el primer año, acostar al bebé en la cuna boca abajo, por el riesgo de muerte súbita que supone.

Podemos tratar la plagiocefalia, se haya producido a raíz de una tortícolis o por otras causas, valiéndonos de algunas técnicas manuales desarrolladas por especialistas en osteopatía infantil.