Consejos para evitar hacerse un esguince
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Los esguinces son traicioneros. Es difícil encontrar a una sola persona que no haya tenido uno en su vida, por leve que fuera. Se producen casi en cualquier circunstancia: un mal movimiento, un giro inesperado, un resbalón o un escalón que no hemos visto y, de repente, la sensación de dolor, de que algo se ha torcido.

Los esguinces más comunes son los de tobillo. De hecho, hay personas que han tenido tantos esguinces de tobillo que han perdido la cuenta. Sin embargo, no sólo el pie está amenazado por esta lesión; también se puede producir en el hombro, la rodilla, la muñeca o el codo.

Podemos decir que el origen del esguince es, casi siempre, accidental. De ahí que sea complicado prevenir que se produzca aunque sí que os podemos dar algunos consejos para fortalecer las articulaciones y, de esa manera, evitar parte del riesgo de sufrir un esguince.

Tipos de esguince

Un esguince es, sencillamente, una torcedura o una distensión de la articulación. Cuando realizamos un movimiento, los ligamentos que unen las articulaciones con los huesos se estiran o contraen. En ocasiones, el giro es tan rápido o violento que los ligamentos, para seguir ese movimiento, se estiran más allá de lo fisiológicamente posible.

Generalmente, se habla de tres grados de gravedad del esguince: leve, moderado o grave. El primero implica una leve molestia y algo de inflamación que, en principio, no nos impide seguir con nuestra vida cotidiana. A medida que la gravedad aumenta, el dolor y la inflamación lo hacen también, llegando a aparecer derrames internos y hematomas o edemas.

Los cuatro esguinces más comunes son, como decíamos, el de tobillo, hombro, rodilla, muñeca y codo. Vamos a ver en qué consisten y, sobre todo, qué podemos hacer para evitar sufrir un esguince.

  • Esguince de tobillo

Se suele producir al doblarse el pie, en la mayor parte de las ocasiones, hacia dentro. Lo sufren mucho los deportistas, sobre todo aquellas personas que salen a correr, pero también se produce por una mala pisada o un cambio de altura que no hemos percibido.

Calentar y estirar bien antes de salir a correr es un buen consejo para minimizar el riesgo de esguince de tobillo. Además, debemos de evitar el calzado inadecuado, que no sujete bien el pie, y, en la medida de los posible, los zapatos de tacón, sobre todo los de tacón alto y estilizado, que son muy inestables.

  • Esguince de hombro

Normalmente, se produce por un traumatismo, por una caída sobre el hombro o un golpe que provoca que el ligamento se estire o desgarre. Es especialmente difícil prevenir este tipo de lesión, ya que tiene un alto componente accidental, pero siempre será positivo fortalecer la musculatura del hombro y, en el caso de practicar deportes de alto impacto, utilizar almohadillas protectoras.

  • Esguince de rodilla

Es una lesión que se produce a menudo en los deportes de impacto y en los de invierno, especialmente durante la práctica del ski y el snowboard. Al igual que con el esguince de tobillo, es fundamental calentar antes de salir a la pista y  mantener un buen tono muscular. El riesgo es mayor si es la primera vez que practicamos alguno de estos deportes, dado que es probable que no tengamos la técnica adecuada.

En el caso de la rodilla, un factor que incrementa el riesgo de sufrir un esguince es el sobrepeso, ya que, sobre esta articulación, recae la mayor parte del peso del cuerpo.

  • Esguince de muñeca

También se conoce como muñeca abierta. Además del dolor y la inflamación, es bastante normal que sintamos pérdida de fuerza y una mayor sensibilidad en la muñeca.

Se suele producir por una caída sobre la mano, como sucede a menudo en el caso de los practicantes de snowboard o a los skaters. También se da por acumulación, por movimientos repetitivos o sobreesfuerzos; es el caso de los estudiantes que escriben durante horas o las personas que utilizan mucho el ratón y el teclado del ordenador. En el caso de algunos deportistas, se debe a  una mala técnica, al levantar pesas, por ejemplo, o una mala postura de la mano en un choque.

  • Esguince de codo

Este tipo de esguince se da, sobre todo, en deportistas y en personas con una tonificación muscular pobre. Para evitarlo, de nuevo, es importante el calentamiento previo a la práctica de deporte y fortalecer los músculos del brazo con ejercicios adecuados.

Tratamiento del esguince

Cuando se produce el esguince, es recomendable dejar de forzar la articulación y aplicar hielo o una compresa fría. A veces, nos parece que no nos hemos hecho nada y seguimos caminando, corriendo o jugando como si nada hubiera sucedido. Sin embargo, de esta manera, es probable que empeoremos el esguince. Si sospechamos que nos hemos hecho un esguince, es mejor parar e intentar aplicar frío sobre la articulación.

Aunque a menudo los médicos generales deciden inmovilizar la articulación con una escayola, no es en absoluto recomendable hacer esto. Un vendaje funcional o una venda muscular –kinesiotaping– y el tratamiento de un profesional de la fisioterapia darán mucho mejor resultado y nos permitirán seguir con nuestra rutina diaria

Si hay edema o hematoma, se utilizará la técnica del drenaje para ayudar a la reabsorción de la sangre acumulada.

La osteopatía estructural trata con éxito muchos de estos casos de esguince dado que trabaja sobre toda nuestra estructura musculo-esquelética, aliviando el dolor y consiguiendo devolver la movilidad y el equilibrio a nuestras articulaciones.