Artrosis: cómo aliviar el dolor
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La artrosis es la causa más frecuente del dolor articular. La puede sufrir cualquiera ya que no entiende de edades ni de género. Es una enfermedad degenerativa que consiste en el desgaste del cartílago de nuestras articulaciones y que afecta, especialmente, a las manos, las rodillas, la cadera y la columna vertebral. Aunque no tiene cura, sí que es posible reducir o minimizar el dolor que sentimos en las articulaciones y aumentar nuestra calidad de vida.

Las mujeres, los deportistas y, en general, las personas mayores son más propensos a desarrollar artrosis. La padecen el 12% de los mayores de 40 años.

Causas de la artrosis

Hay una serie de factores de riesgo relacionados con la aparición de la artrosis:

  •  El envejecimiento: cuanto mayores nos hacemos, más riesgo tenemos de que aparezca esta dolencia.
  • Las mujeres tienen más posibilidades de desarrollar artrosis que los hombres, especialmente a partir de la menopausia.
  • El sobrepeso y la obesidad. Al cargar más peso sobre las articulaciones, provocamos que éstas sufran un mayor desgaste, especialmente las rodillas y la cadera.
  • Llevar una vida sedentaria.
  • Haber sufrido lesiones articulares a causa de la práctica de algún deporte o por un accidente.
  • Hay otros elementos que nos hacen propensos a padecer artrosis, relacionados con la herencia genética y con otras enfermedades como la diabetes y las dolencias reumáticas.

Una dieta equilibrada y realizar ejercicio de forma regular son fundamentales para prevenir la artrosis

La degeneración de los cartílagos es paulatina y puede prevenirse con hábitos saludables que suponen pequeños logros en nuestro día a día. Una dieta rica en calcio y vitaminas; hacer ejercicio; evitar las malas posturas tanto al andar como cuando estamos sentados; intentar repartir el peso de nuestro cuerpo de forma equilibrada, especialmente si pasamos muchas horas de pie.

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Cómo combatir el dolor de artrosis

A veces nos parece razonable convivir con el dolor y sólo acudimos al médico o a un especialista cuando nos resulta insoportable o nos impide realizar nuestra vida cotidiana. Muchas veces, acudimos a los fármacos para paliarlo, al menos por unas horas. Sin embargo, aguantar o disfrazar el dolor puede incluso ser perjudicial.

En el caso de la artrosis, el dolor puede resultar molesto o incómodo, sobre todo en los primeros tiempos. Poco a poco, se hará más constante, se agudizará e iremos notando la pérdida de elasticidad del cartílago. ¡Es hora de montar nuestro particular gimnasio para articulaciones!

Deporte, estiramientos y visitar periódicamente al fisioterapeuta, un trío infalible contra el dolor de las articulaciones asociado a la artrosis.

Caminar o nadar, de forma regular, son los ejercicios más recomendables. No hay que pegarse una paliza cada vez que salgamos de casa sino tratar de mantener un ritmo constante y adecuado para nuestra forma física.

Movilizar las articulaciones con cuidado, ayuda a mantenerlas ágiles. Flexionar y extender las rodillas o abrir y cerrar los dedos de las manos, despacio y de forma indolora.

El tai chi, el pilates o el yoga parecen tener efectos beneficiosos sobre las articulaciones afectadas por la artrosis aunque siempre hay que tener en cuenta que no hay que forzar.

El tratamiento con fisioterapia de las articulaciones afectadas consigue disminuir el dolor y ayuda a combatir la inflamación, además de mantener, o incluso aumentar si es posible, la movilidad articular. El tratamiento con fisioterapia ayuda a liberar los músculos, activa la circulación de la sangre y reduce el nivel de estrés físico.

Hay muchas técnicas dentro del arsenal terapéutico de un fisioterapeuta que, inicialmente, pueden ser beneficiosas para tratar la artrosis, desde el drenaje linfático, la terapia miofascial o la osteopatía, por lo que es recomendable que sea un profesional el que, estudiando cada caso, decida qué tratamiento es el más adecuado.