Osteopatía para tratar migrañas y cefaleas tensionales
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La cefalea, más comúnmente conocida como dolor de cabeza, es uno de los dolores más frecuentes; afecta a hombres y mujeres, niños, jóvenes y adultos. Las personas que la sufren conocen muy bien lo incapacitante que puede llegar a ser. Perdemos concentración y capacidad de reacción, sentimos pocas ganas de realizar cualquier actividad y lo único que desearíamos es quedarnos tumbados en la cama con los ojos cerrados, sumergidos en la oscuridad.

En España, 4 millones de personas sufren cefaleas (o dolor de cabeza) de forma habitual. 7 de cada 10 son mujeres.


La medicina tradicional confía en la medicación de origen químico para paliar los dolores de cabeza, tanto los ocasionales como los crónicos, desde antidepresivos hasta medicamentos para la presión arterial. Aunque podemos sentir un alivio pasajero, probablemente no hayamos atacado el origen del dolor por lo que volveremos a sufrirlo.

Causas del dolor de cabeza

Las causas de la cefalea son múltiples: estrés emocional, tensión, cambios en los hábitos alimenticios o de sueño, esfuerzos oculares, del cuello o de la espalda por una mala postura. También pueden ser hereditarias, en particular cuando nos referimos a las migrañas. En el caso de las mujeres, aparte de las causas ya indicadas, es habitual que las migrañas y dolores de cabeza aparezcan relacionados con la menstruación.


La migraña o jaqueca es un tipo concreto de cefalea de naturaleza neuro-vascular, un trastorno neurológico cuyas causas concretas se desconocen aún. El dolor que sentimos se produce por la irritación de las fibras del nervio trigémico que provoca, a su vez, la inflamación de las meninges y de los vasos sanguíneos que lo rodean.

La migraña afecta más a las mujeres (1 de cada 5 la sufren de forma recurrente) mientras que la cefalea en racimos parece aquejar más a los hombres


Determinar la causa del dolor es fundamental para tratarlo de la manera más adecuada. El especialista realizará un examen exhaustivo y requerirá información al paciente sobre los síntomas del dolor de cabeza y sus características, todo lo detallado que sea posible.

El tratamiento osteopático

Tanto las cefaleas de origen cervical (o tensional) como las migrañas pueden ser tratadas por un osteópata. Los tratamientos osteopáticos se centrarán, en cada caso, en la zona más afectada, aliviando la presión sobre los vasos sanguíneos en el caso de las migrañas y sobre las vértebras y los músculos situados en la base del cráneo cuando se trate de una cefalea cervicogénica.


Aunque cada caso es diferente, el alivio de las tensiones cervicales y de la presión en las arterias suele tener un efecto muy positivo sobre el paciente. En los últimos años, el interés por esta disciplina terapéutica ha ido en aumento y se han publicado varios estudios científicos en los que se concluye que la osteopatía puede tener un elevado nivel de éxito en el tratamiento de migrañas, cefaleas tensionales y neuralgias.


Además de intentar mitigar el dolor, el tratamiento osteopático pretende prevenirlo. Por esta razón, el osteópata suele hacerle al paciente recomendaciones posturales y aconsejarle una serie de ejercicios de relajación que son muy útiles para prevenir y aliviar tanto las cefaleas como las migrañas.

La osteopatía craneal es el tratamiento más adecuado para aliviar migrañas y cefaleas


Varios tipos de tratamientos osteopáticos pueden ser adecuados, dependiendo de en qué parte de nuestro cuerpo u organismo considere el osteópata que está el origen del dolor. Fundamentalmente, hay tres clases de tratamientos: craneal, estructural y visceral.


La osteopatía estructural centra su atención en el sistema musculo-esquelético sobre el que se realizan movilizaciones, manipulaciones articulares y otras técnicas manuales. La osteopatía visceral actúa sobre los tejidos y los órganos que, a menudo, son el origen de otras dolencias que, a priori, no parecen tener relación entre sí.


La osteopatía craneal suele ser la más indicada para tratar cefaleas y migrañas ya que actúa sobre el sistema nervioso central. Trabaja centrándose en las membranas meníngeas y el líquido cefalorraquídeo facilitando la micromovilidad del cráneo, liberando las tensiones y los estrechamientos que se hayan podido crear.