Ciática durante el embarazo: cómo prevenirla y aliviarla
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Ciática y embarazo son dos palabras que, a menudo, aparecen juntas. Es bastante común sufrir de ciática durante el embarazo aunque no por ello estamos obligadas a soportar un dolor que, en muchas ocasiones, nos imposibilita incluso levantarnos de la cama.

Tanto la prevención como el tratamiento de la ciática en mujeres embarazadas no sólo es posible sino que es aconsejable. Debemos procurar que los nueve meses de gestación, con todos los cambios hormonales y físicos que conllevan, sean lo más indoloros posible.

Unos hábitos posturales adecuados, el refuerzo del suelo pélvico, el tratamiento fisioterapéutico y la osteopatía serán nuestros mejores aliados para vivir con ilusión y sin molestias nuestro embarazo.

¿Por qué aparece la ciática durante el embarazo?

Cuando pensamos en ciática y embarazo, lo primero que se nos pasa por la cabeza es que la compresión del nervio ciático, en la parte baja de la espalda, se produce por el incremento de peso de la barriga. Sin embargo, no es esta la causa directa.

La ciática en el embarazo suele aparecer en el segundo trimestre o durante los últimos meses de gestación. ¿Qué la causa? Fundamentalmente, los cambios hormonales que producen la distensión de la musculatura abdominal, fundamental a la hora del parto, junto con el aumento del tamaño del útero que provoca que muchas embarazadas, para mantener el equilibrio, empujen la pelvis hacia delante. El movimiento que se hace al andar, de forma más bien inconsciente, es el de meter los riñones y sacar la tripa.

Una de cada tres mujeres sufre de ciática durante el embarazo

Como sucede con muchas otras dolencias, es conveniente empezar a tratar la ciática lo antes posible. Por eso, si sientes una sensación de hormigueo que empieza a bajar por el glúteo o el muslo o, directamente, tienes fuertes y punzantes pinchazos en la parte inferior de la espalda, acude al especialista ya que es probable que sean los primeros síntomas de una ciática incipiente.

Buenos hábitos posturales y ejercicios para evitar la ciática

El fortalecimiento de los músculos de la zona pélvica y lumbar juega un papel fundamental para evitar la aparición de la ciática. De ahí que muchos ejercicios recomendables estén diseñados para desarrollar y reeducar la pelvis o el suelo pélvico.

Tanto el yoga prenatal como la natación o los estiramientos son buenos para fortalecer la musculatura tanto abdominal como de la pelvis. O, sencillamente, caminar todos los días un rato, salir a dar un paseo, sin prisas y sin cargar con peso. Después del parto, es fundamental reeducar el suelo pélvico con gimnasia hipopresiva o ejercicios de Kegel, por ejemplo.

  • Cuida la postura tanto de pie como sentada

Además del ejercicio, es muy importante cuidar la postura. Debemos caminar erguidas, con la espalda recta, intentando no inclinar el cuerpo hacia delante ya que esta es la postura que carga el peso sobre la parte baja de la espalda y la zona lumbar. Cuando estés sentada, la espalda recta contra el respaldo de la silla y con ambos pies apoyados en el suelo.

  • Duerme de lado y estírate al levantarte

Debemos intentar no estar mucho tiempo en la misma postura, ni sentadas ni de pie. A la hora de dormir, lo mejor es hacerlo de lado con una almohada colocada entre las piernas. Acuérdate de levantarte con delicadeza y estirar la espalda y el resto de músculos que amanecen atenazados tras las horas de sueño. 

  • Guarda los tacones en el armario

Durante el embarazo, para prevenir cualquier dolencia de la columna vertebral, tanto la ciática como la lumbalgia, debemos evitar los tacones altos. Como mucho, el calzado debe de tener cinco centímetros de tacón.

  • No cargues

Los movimientos bruscos y cargar con peso son dos de las causas más comunes de las lesiones de espalda y, en concreto, de la ciática. En la medida de lo posible, evita coger peso y, si lo haces, dobla las rodillas y levántalo con ambos brazos, sin tirar de la columna.

Fisioterapia para combatir la ciática

A veces es imposible evitar la aparición de la ciática, especialmente durante el embarazo, un período en el que nuestro cuerpo sufre muchos y profundos cambios. No es necesario que aguantemos el dolor e interrumpamos nuestra vida cotidiana en espera de que, tras dar a luz, la ciática remita por sí sola. Hay tratamientos fisioterapéuticos y osteopáticos que nos ayudarán a sentirnos mejor.

Me gustaría aclarar, en primer lugar, que la fisioterapia y la osteopatía son perfectamente compatibles con el tratamiento de dolencias durante el embarazo. A una mujer embarazada se la trata de la forma más adecuada dado su estado, teniendo siempre en cuenta sus necesidades y las posturas o movimientos incompatibles con la gestación.

Las técnicas de fisioterapia empleadas servirán para relajar la musculatura de la región lumbar, la cavidad abdominal, los glúteos y la parte anterior del muslo. La punción seca puede utilizarse para tratar los puntos gatillo miofasciales pero, en el caso de las embarazadas, siempre hay que tener en cuenta que la zona a tratar no afecte al feto.

Osteopatía para aliviar la ciática

En el caso de la ciática, el osteópata analiza a qué altura se ha producido el pinzamiento del nervio ciático, que parte de la zona baja de la espalda y llega hasta el pie. Su objetivo es mejorar el equilibrio del cuerpo para, posteriormente, emplear las técnicas más adecuadas con vistas a disminuir la compresión de este nervio.

El tratamiento osteopático pretende reducir la tensión de la columna vertebral y de la pelvis al mismo tiempo que ayuda a esta y a la cadera a girar en consonancia con los cambios en las cargas de peso que soportan. Además, ayuda al cuerpo de la mujer embarazada a adaptarse al crecimiento del bebé y alivia otros dolores relacionados con los cambios posturales.